Nadaya Cordero Suárez, 2º Bachillerato A
La obra Nada, escrita por Carmen Laforet y publicada en 1945, nos presenta la historia de Andrea, una muchacha que se instala en Barcelona en la década de los cuarenta, y constituye un retrato de la sociedad catalana en la época de la posguerra.
Se vuelve a una sociedad en la que la mujer queda relegada a las tareas del hogar y a ser la esposa perfecta. Los estudios, si los tenían, representaban el paso del tiempo hasta que llegara el matrimonio, y la idea de que la mujer pagara o anduviera sola era impensable.
Desde el principio, podemos apreciar la intensidad de los personajes femeninos, retratados en una sociedad en la que su papel quedaba reducido a las tareas del hogar, satisfacer a los hombres y depender siempre de estos, asumiendo todo tipo de violencia física y psicológica (como es el caso de Gloria en la obra).
Andrea se muestra como el personaje clave de la obra. El personaje aplastado por una sociedad que le corta las alas. La narradora que contará toda su historia y vivencia en la calle de Aribau. Angustias, su tía, ejercerá un papel maternal sobre ella, y se mostrará como una mujer reprimida, infeliz, y muy influenciada por la opinión del resto y por su reputación. Sin embargo, Andrea preferirá caminar sola, tener su propio control, y vivir, lo cual era muy mal visto en la época. Por ello, en Andrea se muestra el ansia de libertad, aunque esto provocará las múltiples riñas de Angustias: no puede caminar por ciertas calles, menos aún sola pues es una ‘señorita’, y perderá su reputación… Pero las ideas de Andrea son claras. Pretende vivir por sí misma, en busca de su libertad, sin depender de un hombre, y además no parece tener mucho interés en enamorarse, llegando a rechazar el matrimonio y el amor.
Podemos establecer ciertas comparaciones entre Andrea y otros personajes literarios femeninos, que también ansiaban la libertad de la mujer, en una sociedad que las reprimía.
Uno de los casos, puede ser el de Jane Eyre, de la obra Jane Eyre escrita por Charlotte Bronte. La protagonista es una mujer fuerte, que concibe la vida más allá de la necesidad del amor romántico, independiente, que toma sus decisiones, y que se atreve incluso a criticar los cánones de belleza de la época. Sin embargo, su historia se desarrolla en una sociedad patriarcal, que la convierte en una posesión más de Rochester, un hombre dominante y posesivo, que corta sus alas.


Algo parecido ocurre con el personaje de Emma Bovary, de la obra Madame Bovary. En ella, se muestra a una mujer que desprecia el ideal de matrimonio y huye en busca de aventuras, al sentir que esa es la vida de la que disfruta el género masculino. Ella misma es consciente del papel insignificante de la mujer, cuando dice “Al menos un hombre es libre, puede tener pasiones, correr países, salvar obstáculos, saborear dichas más lejanas. Pero una mujer está privada constantemente de todo.”
Otra de las obras que muestra de forma clara la represión y dificultad de la mujer, es La casa de Bernarda Alba, en la que apreciamos, con claridad, que la mujer existe por y para el hombre. En la obra el hombre solo aparece como personaje referido y, sin embargo, toda la obra gira en torno a él. Mientras, Bernarda y sus hijas han de ser perfectas: sumisas, amas de casa…
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